martes, 23 de noviembre de 2010

El lamento del hombre que no quería estar solo: End Times, por Eels

Afortunados los artistas que pueden expresarse mediante su obra, mientras el resto de los mortales nos conformamos con patalear, comernos nuestra mierda o soltarla en el blog o la red social de turno. Afortunados nosotros cuando un artista tiene necesidad, verdadera necesidad, de decir algo: el resultado suele ser espectacular (como bien apuntaba Edu Chinaski al hablar de este mismo disco). Y es que End Times de Eels (la ¿banda? —¿mejor sería decir proyecto personal?— de Mark Oliver Everett, también conocido como E.) está llamado a convertirse en uno de los discos del año.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Tinariwen. Cuando el desierto habla

«Tenía 4 años y estábamos viendo una película proyectada sobre el muro de una casa en mi pueblo natal de Tessalit. Aparecía un cowboy cantando y tocando la guitarra, e inmediatamente supe que tenía que tener una. Al día siguiente me empecé a fabricar una con cables de bicicleta y un bote de conservas».

Bien podría tratarse del niño de la portada de Imidiwan: Companions (2009) que blande, orgulloso, una guitarra hecha con un bidón de plástico. Pero no, el que habla es Abdallah Ag Alhousseyni, guitarrista de los malienses Tinariwen, grupo formado por antiguos nómadas del desierto, que ha irrumpido con la fuerza del Hamattan en el panorama musical occidental.

Tinariwen se pusieron en el ojo de occidente con Aman Iman (2007), pero yo ignoraba su existencia hasta que leí un editorial de Ignacio Juliá en Ruta 66, donde clamaba «Tinariwen son ROCK». Así, en mayúsculas. Me chocó encontrar esas mayúsculas al lado de una foto del grupo, donde se les podía ver con sus turbantes y exóticas vestimentas y armados con guitarras eléctricas. Sí, unos ex guerrilleros tuaregs armados con uno de los más poderosos iconos de la cultura occidental. Una imagen poderosa, perfecta visualización de la (falsa) dicotomía Oriente-Occidente. Poco después, un artículo de Neil Spencer en Uncut, terminó picando mi curiosidad. Allí Abdallah Ag Alhousseyni, Alhassane Ag Touhami e Ibrahim Ab Alhabib (fundadores, compositores y guitarristas) hablaban de su pasado guerrillero, de cómo se conocieron en un campo de entrenamiento en Libia y formaron el primer embrión del grupo, con considerable éxito entre sus correligionarios y compañeros de lucha. Nada que ver con las tribulaciones de todos los blanquitos (y perdonad el racismo) que van de rock and roll stars y creen tener una vida interesante porque han follado y se han drogado todo lo que han querido. Así que, en cuanto lo pude encontrar barato, me hice con Imidiwan, en preciosa edición en CD con un impactante documental en DVD sobre la grabación del mismo.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

El retorno de Young Fresh Fellows: Fair Exchange EP.

Cuando me compré The New Original Sonic Sound (2003) de The New Strychnines (banda de tributo a The Sonics), no sabría deciros porqué, me fijé en un nombre: Scott McCaughey, quien en las notas interiores aparecía como miembro de Minus 5 y Young Fresh Fellows. Me puse a investigar y poco a poco fui haciéndome con algunos trabajos de estos últimos, la mayoría en viejos vinilos de segunda mano; realmente me gustaban mucho y disfruté como un enano la primera vez que les vi, en el Azkena de 2006. Así que la aparición de I Don't Think This Is (2009), su último trabajo de estudio desde el ya lejano Because We Hate You (2001), es una buena noticia para sus fans.

I Don't Think This Is es, en realidad, la versión española (aquí siempre tuvieron un buen número de seguidores) de I Think This Is (2009), editada por Munster Records con diferente portada y algún tema extra. Además, y como aperitivo, apareció Fair Exchange, el EP de cuatro temas que os presento hoy y el último del envío del club del single de Munster del pasado invierno. El tema titular, «Fair exchange», la única canción del EP que no está incluida en el álbum, es un tema de Jimmy Silva (amigo de McCaughey y excelente compositor de tonadas pop) que la banda ha incluido en un reciente disco tributo.

lunes, 15 de noviembre de 2010

El vigorizante sabor del garage underground yanqui: Fuck Knights, Oh-Oh 7"

Ya comenté que el club del single de Munster depara no pocas sorpresas. Sólo mirando la caricatura mongólica de la portada de Oh-Oh ya pensé que lo de dentro debía merecer la pena. Y es que como señalan en la reseña que en Maximum Rock'n'Roll hicieron de este 7", hay portadas que no engañan. Sí, Fuck Knights practican un garage/punk/trash tan deudor de clásicos del garage sesentero como de los nuevos valores del punk underground estadounidense. Como si Billy Childish hubiese cazado al pájaro de The Trashmen o como si The Monks fuesen reinterpretados por Jay Reatard y The Functional Blackouts en una jam salvaje.

sábado, 13 de noviembre de 2010

La ratas de Bizkaia exhumadas como se merecen: Eskorbuto, Maldito país 7"

Hijos de la margen izquierda, despojos del lumpen y la pauperización de la zona industrial del Gran Bilbao, Eskorbuto, fueron (son) uno de los mejores y más respetados grupos de punk españoles. También fueron los automarginados del rock radikal; estigmatizados, odiados y evitados por su condición de malquedas, mangantes y pedigüeños, vivieron deprisa y disfrutaron de todo lo que tuvieron al alcance de la mano, incluida la heroína. Al final, la parca les ganó la partida, aunque a medias; sí, ellos desaparecieron, pero su memoria sigue incólume y hoy gozan de un prestigio sobre el que ellos mismos escupirían. Sí, hasta los más modernos son ahora fanes de Eskorbuto.

viernes, 12 de noviembre de 2010

El club del single de Munster Records

Soy socio del club del single de Munster desde hace muchos años. Tú pagas una cuota anual y ellos te sirven los singles que editan, a razón de 12 ejemplares por año. Al final es buen negocio. Primero, porque así los sencillos salen más baratos que comprándolos en una tienda. Además, como no elijes los ejemplares, sino que te acomodas a lo que ellos envían, conoces muchos grupos de los que no habías oído hablar o que no te hubieses preocupado de escuchar: así conocí a Black Lips, Swell Maps, Soul Movers...

El pasado enero llegó el envío de invierno, que comentaremos en los tres siguientes entradas:

- Eskorbuto: Maldito país 7";
- Fuck Knights: Oh-Oh;
- Young Fresh Fellows: Fair Exange.

Y en un futuro próximo comentaremos el pedido de verano:

- Los Saicos: «Prisionero de Alcatraz» b/w «El entierro de los gatos»;
- Micky: Harto!;
- The Situations: The Great Barrier.

Podéis haceros del club del single aquí, el próximo envío se ve muy jugoso.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Back to clasics: Back Spacer, por Pearl Jam

Me reconcilié con Pearl Jam en el Azkena Rock Festival de 2006. Sí, puedo decir que estuve allí, en uno de los mejores conciertos de mi vida, siendo azotado por los muchos recuerdos y emociones que se agolpaban en mi cabeza provenientes de los años en los que Vs. (1993) y Ten (1991) desgastaban el cabezal del walkman. Años después empecé a obviarlos y casi olvidarlos. Hasta 2006. En aquel concierto, abrazado a mis amigos, ebrio de sustancias, cantando «Rockin' in the free world», volví a creer.

El haber crecido con ellos —no junto a ellos— me permite valorar Back Spacer desde la perspectiva de mi generación; se me antoja al escucharlo que es a nosotros que va dirigido este álbum, a quienes fueron jóvenes entonces pero hoy son ya señores y señoras que empiezan a peinar canas, con su curro y su hipoteca, con hijos por los que preocuparse y que, la mayoría, se han apartado ya de la vida del fan del rock and roll. Salir a quemar la ciudad tras un concierto en un garito quedó atrás, los años de furia se fueron, vano es el pretender recuperarlos.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Motociclón: aireando el barrio de Gentuza

Esta vez, sí o sí, Motociclón van a petarla. Seamos optimistas. Y aunque al final no asalten los medios, por lo menos dejarán definitivamente atrás el sambenito de grupo de coña, de ser los «Puturrú de Fuá» del rocanrol, como nos decía el propio Robértez en una reciente entrevista que grabamos Mordor Sonoro el domingo 31, la misma noche de los muertos. Allí me regaló un vinilazo de su último disco, Gentuza, que ha estado echando humo en el tocata desde ese domingo, y ahí sigue, perennemente colocado, en el top one de discos que día sí, día también, siempre me apetece escuchar.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Hertzainak y el fin del rock radikal vasco

Lejos del sonido festivo que tan populares les hizo y que les permitió vender más de 20000 copias de su primer disco, los Hertzainak confirmaron con Salda badago (1988) que la Euskadi tropical fue el sueño de unos ilusos y, desvanecida la energía (ayudada por la adicción a la heroína de Gari, el carismático cantante y las continuas peleas en el seno de la banda), sólo quedaba entregar honrosos discos de rock que sus fans, tercos, se negaban a aceptar.

Hau dena aldatu nahi nuke (1985) marcó el cambio en Hertzainak. Un sonido más maduro, quizá un poco plomizo, que no causó la misma adhesión que ambos, crítica y público, mostraron hacia su primer trabajo. Pero ellos eran tozudos y decidieron salir adelante. Se profesionalizaron y quisieron hacer discos de rock bien grabados, con composiciones sólidas y producciones más maduras. Reclutaron a Ruper Ordorika y a Jean Phocas como productor y técnico y entregaron su tercer trabajo, Salda badago, entre la indiferencia con el que las nuevas camadas de jóvenes del RRV lo recibieron.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

El rock gitano de Las Grecas

Cuando «Te estoy amando locamente» (Te estoy amando locamenti) llegó al número uno de las listas de éxitos, Carmela y Tina Muñoz, Las Grecas, sólo contaban con 19 y 16 años de edad. Allí estuvo instalado durante 5 semanas seguidas, un éxito arrollador que allanó el camino para que estas descaradas gitanas del barrio de Carabanchel publicasen su primer largo, sagazmente titulado Gipsy Rock (1977).

lunes, 1 de noviembre de 2010

Leonard Cohen, Recent Songs

Hay artistas sobre los que te lanzas voraz según los descubres. Te obsesionas con ellos y destripas todos sus discos con ansia, desmenuzas sus canciones y lees y aprendes todo lo que puedes sobre ellos. Hay otros, en cambio, que aun ejerciendo la misma fascinación inicial los disfrutas más pausadamente, degustándolos con parsimonia en pequeñas dosis. Leonard Cohen es uno de estos artistas que me gusta asimilar poco a poco, y con los que debo estar en un estado de ánimo especial para pinchar sus álbumes. Lo mismo me ocurre con Tom Waits. No creo que sus discos sean como atiborrarte de ellos. No. Lo suyo es disfrutar poco a poco de cada uno, dejar que reposen lentamente, extraer todo el jugo posible de sus surcos y, sólo cuando han sido asimilados, pasar al siguiente.

Es por eso que tengo pocos discos de Leonard Cohen. Hoy suman cuatro, ya veis, una birria, pero hasta que conseguí Recent Songs (1979), sólo I'm Your Man (1988) y Various Positions (1984) reposaban en mis estanterías. La primera sorpresa vino al pincharlo y encontrarme que esa seductora voz es la de un hombre visiblemente más joven que la del Cohen crepuscular que canta en I'm Your Man y Various Positions. Es una voz más delicada, profunda y susurrante a la vez, que nos permite mecernos en ella y sentirnos arropados. No me extraña su fama de seductor.

jueves, 28 de octubre de 2010

Potato + Tijuana In Blue: con la ineptitud por bandera

Todos estaréis de acuerdo en que hay discos que trascienden su propia condición y se convierten en algo más que la música que los contiene. A menudo es un disco incomprendido en su momento, visionario y audaz, que tarda años en alcanzar todo su esplendor a base de que la crítica lo revisite una y otra vez. Otros, en cambio, gozan de cierto éxito popular y son más apreciados por la masa que por los selectos paladares de la crítica «entendida». Pasado el tiempo sus surcos se convierten en documentos vivos de una época ya pasada, gracias a que captaron el momento con una fidelidad que el tiempo ha ido poniendo de relieve, mientras que su frescura y vitalidad se mantienen incólumes al desgaste de las décadas.

El primer álbum de Potato y Tijuana in Blue es uno de estos discos. Podríamos discutir la calidad y pericia de quienes perpetraron semejante obra. Pero pocos pueden discutir que las canciones son un fresco de los convulsos años ochenta en Euskadi, vistos a través de dos bandas creadas de los despojos del lumpen, por desharrapados y analfabetos musicales que quisieron creer en el sueño imposible de una Euskadi tropical, y que aportaron luz, color y alegría a una época que la memoria se empeña en envolver en grises y apagadas postales.

martes, 26 de octubre de 2010

We sound Amazing but We Look like Shit: Los Chicos, como nunca han sonado

Me hice con el cuarto LP de Los Chicos durante el concierto, fabuloso, que dieron en Gruta 77. Durante un par de semanas tenía un ritual. Al levantarme, pinchaba directamente la cara B. Comienza con «I hate silence»; melodía contagiosa de ritmo saltarín, un buen chute de energía positiva y buen rollo y con la que, además, me identifico plenamente: al salir de casa me puedo olvidar el móvil, la cartera o las llaves, pero hay algo que nunca, nunca, se me olvida: el reproductor de mp3.

viernes, 22 de octubre de 2010

El nuevo pelotazo de Eli "Paperboy" Reed



«Explosion». Sin comentarios.

Ya me perdonaréis que no me ande por las ramas. He querido comenzar de una forma dramática por dos razones. La primera es que ese temazo que es «Explosion» merece ser lo primero que se diga de Come and Get It, el nuevo pelotazo de Eli "Paperboy" Reed. Un trallazo que cierra un estupendo trabajo y nos deja con ganas de volver a pulsar el play, como en Roll with You lo hacía «(Doin' the) Boom boom».

Lavado de cara

Bueno, os presento la nuevo imagen del blog. Algunos os habréis dado cuenta que lo tengo abandonado desde hace unos meses. Unos asuntos que no vienen al caso me han tenido apartado de la actividad bloguística, pero ahora tengo unos días (¿quizá semanas?) de tranquilidad que me van a permitir ponerme en faena.

El diseño del fondo lo he plagiado descaradamente del blog Wateke Salvaje!, que es visualmente impecable y con contenidos interesantes para descargar. Espero que al autor no le importe mucho y que lo tome como lo que, en el fondo, es: un homenaje. Da gusto ver blogs currados.

Espero que lo disfrutéis. En breve, seguimos hablando de discos.

martes, 15 de junio de 2010

Neil Young: American Stars 'n Bars

Hace bien poquito que hablábamos aquí de Neil Young a propósito de Fork in the Road . Volvemos al genio canadiense: hace un par de semanas encontré en unos grandes almacenes American Stars 'n Bars a 3 euros (curiosamente en los mismos en los que encontré el anterior por 4,99). Este es uno de los tres discos, junto con Times Fades Away (1973) y Journey Through the Past (1972), que me falta de la época setentera de Neil Young. La compra fue, claro, obligada.

American Stars 'n Bars es uno de los discos «menores» de Neil Young, y es más conocido como el-disco-en-el-que-aparece-«Like a hurricane». No en vano, es esta una de las mejores canciones de la discografía del canadiense (que ya es decir), hoy ya todo un clásico del rock de guitarras.

domingo, 13 de junio de 2010

El botín de la feria del disco

Ayer acudí a la primera (¿?) Feria del Disco de Madrid. No sé a qué viene lo de «primera»: hace años era habitual que por estas fechas hubiese una feria del disco de segunda mano. Solía localizarse en el Paseo de Recoletos y, desde hace un par de años, en la Plaza de los cines Luna. Este año la han trasladado al Pabellón de Congresos y su duración se ha reducido de una semana a dos días. Para colmo, tocaba pagar entrada. 3 euros no es mucho, pero menos era gratis.

Desde hace unos años mi chip de comprador ha cambiado. Antes iba buscando rarezas y vinilos fetiche, pagando por ellos lo que me pidiesen. Todo dentro de un límite razonable, claro. Vinilo de Sex Museum, 20 pavos; single de Cerebros Exprimidos, 10 euros. Kortatu, 12 euros. Bien, los pagaba. Hasta que descubrí un puesto de un tipo (no sé si era alemán danés u holandés: pongamos que europeo norteño) con cajas y cajas de material al módico precio de 3 discos a 10 euros. Como las cubetas de ofertas en las que aquí encuentras discos de Massiel o Manolo Escobar, con la diferencia de que podías hacerte con discos de Neil Young, Bob Dylan, Crosby, Stills & Nash, The Band, Mink DeVille o Stevie Wonder. Y en un estado de conservación aceptable. Una maravilla, vamos. Desde que lo descubrí, digo, cambió el chip: ¿pagar veinte euros por un LP cuando por lo mismo me llevo seis u ocho?

sábado, 5 de junio de 2010

Eten y la vivisección del escarabajo


Hirientes como Lisabö, arrastrados como Kutxa Beltza, contundentes y melódicos como Berri Txarrak, angulosos como Dut, flexibles como Inoren Ero Ni. Eten son guitarra y batería, pero también trompeta, saxo, trombón, contrabajo, piano y bandoneón. Aunque suenan como una banda de diez, son sólo dos. Ibon RG y Unai de la Iglesia deambulan por los difíciles caminos de la música experimental, del rock tortuoso, llámalo free rock o post-hardcore, si lo prefieres. Dos músicos que se bastan y sobran para dar forma a las canciones que forman Labeatzomorroen bibisekzioa. Ibon es, además, un músico hiperactivo e inquieto, con varios proyectos a sus espaldas. Destaco aquí a Biko, dúo formado junto con José Afeitaperros; gracias a él llevo dándoos la brasa durante bastantes postes.

Y gracias a José he podido hacerme con una copia en vinilo de Labeatzomorroen bibisekzioa, el LP en el que Eten se despachan ocho versiones imposibles, paranoicas, que no sólo beben de las referencias arriba citadas (que, por otro lado, dan mucho que pensar sobre el manido tópico de que en Euskadi sólo se encuentra punk kalimotxero, metal anodino y doble bombo); podemos hablar sin enfangarnos de los sevillanos Orthodox y grupos foráneos como Shellac, Lungfish, Big Black o Fugazi.

jueves, 3 de junio de 2010

«Mystify» (INXS) en el Record Club de Beck



A cuenta de sus últimos discos, mucho se ha hablado del supuesto agotamiento artístico de Beck Hansen. No estoy de acuerdo con esta afirmación; me parece más una cuestión de percepción que de realidad. Percepción que es, por otro lado, muy comprensible teniendo en cuenta lo epatante que fue su obra durante la segunda mitad de los noventa, cuando Odelay, Mutations y Midnite Vultures le convirtieron en la comidilla de la prensa especializada (mención aparte merece su debut Mellow Gold, maestra demostración de una inclasificable y bizarra roots music). Hay en estas grabaciones mucho de quien está bendecido por la genialidad, pero sobre todo Beck se afirmó como un orfebre de canciones perfectas, un maestro de la deconstrucción sonora capaz de salir airoso de cualquier malabarismo, ya tuviese forma de tonada soul, funk, blues, country o folk. Es normal que ahora no sorprenda tanto, pero sigue facturando grandes álbumes que no desmerecen elogios. No está, ni mucho menos, tan agotado como se cacarea.

Si no voy a hablaros de ningún disco de Beck ¿a qué viene todo esto?

A mediados del año pasado, Beck anunció un ambicioso y excitante proyecto. Nacía el Record Club, una selección de músicos capitaneados por Beck que versionarían y grabarían un álbum completo en una única jornada, sin ensayos previos. Por allí han pasado invitados del calibre de Devendra Banhart, Andrew Stockdale, Jeff Tweedy y The Liars, por citar algunos. Los álbumes escogidos, reconocidos clásicos de la música popular, son reinterpretando canción a canción y, a razón de una por semana, aparecen en forma de vídeo y por el mismo orden en el que aparecen en el álbum original. La primera elección fue The Velvet Underground & Nico, el ÁLBUM por antonomasia, al que han seguido joyas del calibre de Songs of Leonard Cohen, Oar (de Skip Spence) y, ahora, Kick (1987), el álbum que lanzó definitivamente a INXS al estrellato mundial.

jueves, 20 de mayo de 2010

Jason & The Scorchers: bolazo y discazo



El de la pasada noche en El Sol fue, para mí, uno de los bolos más esperados de los últimos tiempos: Jason & The Scorchers están de vuelta al ruedo. Y dejaron claro que quien tuvo retuvo: siguen dejándose la piel sobre las tablas. Lo de que el tiempo no pasa en balde no parece aplicarse a los de Nashville, sólo en las arrugas de sus rostros son visibles los más de diez años que han pasado desde que entregaron su último disco de estudio Clear Impetous Morning (1996). Incontestables en el escenario, el concierto avanzó como un auténtico vendaval dirigido por Jason Ringenberg, quien ejerció de carismático maestro de ceremonias. Se ha repetido hasta la saciedad, pero no es menos cierto: el talludo cantante aúna la elegancia de Hank Williams con los delirantes espasmos de Iggy Pop, o quizá, John Lydon. Y a su lado el exquisito prestidigitador de la Telecaster Warner E. Hodges, anoche realmente inspirado y tocado por la mano de los dioses (Richard-Young-Hendrix), jefe absoluto de un estilo que prácticamente ha inventado él.

Además, los Scorchers vuelven con discazo. No es esta una reunión de abuelos cebolleta que entregan, como pobre excusa, un disco en el que dilapidan su reputación pretérita. No. Los Scorchers han irrumpido con alardes, como forajidos abatiendo las puertas de un saloon de mala muerte, con un nuevo disco bajo el brazo, Halcyon Times, que se deja comparar, sin rubor y sin desmerecer, con lo más granado de su discografía de los ochenta.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Antología de Smoking Room


Javi, María y Pablo eran Smoking Room. Quedaban los fines de semana en casa de los padres de María y tallaban piedras preciosas en forma de canción pop con una facilidad pasmosa. Ellos no lo sabían ni lo pretendían pero eran uno de los mejores grupos de por aquí. Su música estaba llena de sentimientos de amistad, alegría, diversión, cariño, sentido del humor, inteligencia y melancolía. Nunca tocaron en directo (a pesar de mi insistencia) y sus dos maravillosos cds sólo los disfrutamos los más allegados, algo que esta antología pretende cambiar.
Las palabras de arriba proceden de las emotivas notas que escribió Jose (Atomizador, Biko, etc.) para el recopilatorio de Smoking Room, editado por Afeite Al Perro, que recoge Adiós Navidad (2003) e Inaudito (2004), sus dos CDs editados, y una cinta de casete que el grupo le regaló a Jose con ensayos y canciones inéditas.

lunes, 17 de mayo de 2010

Atomizador y Boru Boru: vómito en los campos de fresas



Campos de fresas es la nueva entrega de Afeite Al Perro, un trabajo compartido por Atomizador y Boru Boru empaquetado en cinta de casete. Como viene siendo habitual, continente y contenido son exquisitos. Ya he hablado de los cuidadosos y artesanales diseños de los productos de Afeite Al Perro y este caso no es una excepción: portada con dibujo 100% HAZ, cinta decorada con spray y etiqueta pintada a mano. Ahora, que lo que encontremos dentro nos guste o no, eso allá cada uno con sus gustos, filias y fobias.

Vainica Doble, Daniel Johnston, los Beatles, Minor Threat, Brian Eno, los Avengers y Hüsker Dü son la arcilla de la que parte Atomizador. Como un demiurgo, con paciencia, esculpe esa arcilla, la estira, deforma y cuece delicadamente para devolvernos un producto, en ocasiones irreconocible, que parece salido de únicamente su personal universo sónico, donde el folk bizarro, el hardcore y la sensibilidad electrónica se unen en extraño matrimonio.

lunes, 10 de mayo de 2010

Las oreos vascas según Bizardunak

Euskal Herriko Oreoak es el segundo trabajo editado a nombre de Bizardunak. Los barbudos nos entregan tres nuevos temas de trepidante punk-folk-rock. Como en su anterior trabajo se sirven del folclore irlandés para golpear, duro y la encía, al establishment, en forma de policías, periodistas, músicos subvencionados u... oreos.

¿Oreos? Sí, como las conocidas galletitas. Según nos contó Josemari en la entrevista que le hicimos para Mordor Sonoro, oreo era una forma despectiva que tenían los negros para referirse a los que no eran negros auténticos, sea lo que sea lo que eso signifique; negros por fuera y blancos por dentro. Bizardunak recogen el insulto y lo utilizan para aquellos que son vascos por fuera y españoles por dentro, incluidos aquellos de los que Lendakaris Muertos se mofaban con su «¡Gora España!».

domingo, 9 de mayo de 2010

Eli "Paperboy" Reed: si lo quieres, tómalo



Otra vez con él. Eli "Paperboy" Reed vuelve a estar en la picota. El motivo: nuevo disco. Y nuevo single, claro. Los dos con el mismo nombre: Come and Get It.

Hace unas semanas tuve una oferta de una gran superficie que me fue imposible de rechazar: comprando el nuevo CD de Eli, un single de regalo. De camino hacia allí, mi pareja y yo hicimos una parada en una de esas grandes cadenas de electrodomésticos que ahora, además, venden discos. Me ha resulta curioso. Si las ventas de discos están tan mal y bla, bla, bla ¿qué hace una cadena de electrodomésticos vendiendo discos, películas y libros? Allí, además de comprarme el Fork in the road vi el CD un par de euros más barato. Pero sin el single, claro. Como me conozco, decidí seguir el plan original; iba a terminar comprándome el sencillo de una forma u otra, así que lo pensé así: los dos euros de más, bien los vale un 7".

sábado, 8 de mayo de 2010

El nuevo single de Los Chicos: serán feos, pero tienen clase



Recién calentito que me compré este single. A finales de diciembre estaba en las tiendas; en mi poder, a mediados de enero. Sí, soy un adicto a Los Chicos. Escrito así, con mayúsculas; decir que eres un adicto a los chicos suena como distinto.

Es esta una adicción que arrastro desde que les vi en el primer Grande Rock. Eso significa primer fin de semana de agosto de 2006. Al día siguiente de su concierto, esto es, unas horas después, fui corriendo al puesto de mercadería a hacerme con lo que tuviesen. Y lo que tenían era su segundo disco, Fat Spark!! (2005), que estuvo el resto del verano girando en el plato día sí, día también.

Fue llegar a casa y, claro, como loco a pincharlo. Una gozada, un nuevo temazo («We sound amazing but we look like shit») y una revisión de «Wreckin' Rome», que ya apareció en su primer disco Shakin' & Prayin' (2003). Las dos, puro party boogie rock and roll, al nivel de trallazos como «Muddy Muddy», «Sheep attack», «Party train» y «Sinner's river», que ya son clásicos en sus conciertos, verdaderas muestras de comunión entre grupo y público que los convierten en auténticas catarsis de rock and roll.

jueves, 6 de mayo de 2010

Hendrik Röver y El espíritu de Buck Owens

Soy un consumidor compulsivo de música. Por eso me compro (compraba; ya sabéis, cosas de la economía) muchos discos, pero nunca había pagado por descargarme música. Hasta este pasado lunes.

Comprar un disco es un ritual casi religioso. La excitación al salir de la tienda con un nuevo disco bajo el brazo, la emoción al rasgar el envoltorio (normalmente lo hago de camino a casa, las ansias me pueden), leer las notas, hojear el libreto y, por fin, poner el nuevo tesoro en el reproductor y que el torrente sonoro que sale de los altavoces lo inunde todo; todo lo que tiene de litúrgico comprar un disco se esfuma con una descarga digital. Con un click. Llamadme anticuado, pero es lo que hay. Además está el hecho de que con las descargas vuelven a vendernos la moto y a inflar precios que sólo benefician a los intermediarios, a aquellos que nada aportan a la creación artística. En i-Tunes o Amazon descargar una canción tiene un precio aproximado de un euro. A más de diez canciones por disco, pagamos lo mismo que por un disco de verdad. No merece la pena.

Dando vueltas por internet he terminado encontrando, El espíritu de Buck Owens vía descarga digital, un single de Hendrik Röver con dos canciones no incluidas en Esqueletos, primer disco en solitario del líder de Los Deltonos. Como el precio me ha parecido más que razonable, he optado por pagar y me lo he descargado.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Neil Young on the road (again)



Siempre me lo he preguntado: ¿soy un fan de Neil Young? Tengo una colección suya bastante aceptable, más de una veintena de referencias que comprenden casi todos sus trabajos de los setenta, la primera mitad de los noventa y sus últimos discos desde Greendale (2003). De la ominosa década de los ochenta sólo Trans (1983) y Freedom (1989) aparecen en mis estanterías. Soy lo bastante fanático como para desplazarme a Barcelona o Lisboa para verle, pero no tanto como tener los tragaderos de asistir al Rock in Rio. Tampoco suelo dejarme los veinte euros que suelen costar sus nuevos discos; normalmente los descargo y espero hasta que su precio sea más asequible. Eso sí, ascienden al número uno de los discos-pendientes-de-escuchar y durante unas semanas les dedico un tiempo casi exclusivo, empapándome de las canciones y dejando que me seduzcan a poquitito.

Las primeras escuchas de Fork in the Road (2009) me decepcionaron. En la ya pasada década Young nos deleitó con discos enormes como Prairie Wind (2005) o Chrome Dreams II (2007), este último un excelente trabajo que, en mi opinión, alcanza el mismo nivel que obras imperecederas como Zuma (1975) o Ragged Glory (1990). «Love to burn», «Cortez de killer», «Love and only love», «No hidden path» y «Ordinary people» son piezas inconmensurables, de épicos desarrollos, de excitantes y extensos devaneos guitarreros para mayor gloria del canadiense. Esa faceta suya que tanto me maravilla está ausente en Fork in the Road. Lo que encontramos aquí es un álbum de carretera, urgente, de rápida cocción, en el que el canadiense nos sirve en el menú su faceta más roquera; es el suyo un rock poderoso de guitarras incisivas, espoleado por la efectiva y versátil base rítmica de los veteranos Rick Rosas y Chad Cromwell.

sábado, 17 de abril de 2010

Celebrando el «Día de la tiendas de discos» con el Rib Out 7" de Magnetix



Miro el escaparate; algo me ha llamado la atención y me detengo. Arriba el letrero que anuncia «Commercial Records». «No debería», pienso, pero ya es demasiado tarde. He entrado y no me voy a ir de vacío; está feo eso de estar casi una hora rebuscando para no llevarte nada. Las cubetas están llenas, los dedos van pasando los vinilos rápidamente, con avidez, y muchas cosas llaman mi atención. Pero ¡ah, hay poca pasta y el presupuesto de discos se ha agotado! Bien, arañaré seis euros de una copa que no me tomaré la próxima juerga y me hago con un single: Rib Out, la última rodaja a nombre de Magnetix. «Por una vez, no pasa nada, no volverá a ocurrir». Ja, el autoengaño contraataca. Ni es la primera ni será la última vez que sobrepaso con holgura el presupuesto mensual. Este vicio es muy malo.

Commercial Records y Radio City Discos son mis dos tiendas favoritas de discos de Madrid. No le hacen ascos a los CDs pero el vinilo manda. Sus dueños son atentos, siempre tienen tiempo para hablar de discos y en sus cubetas atesoran gema tras gema. Aunque pases toda la mañana buscando y remuevas la tienda entera encuentras poca morralla. Da gusto comprar discos en estas pequeñas tiendas.

Y hoy, 17 de abril, es el día de las tiendas de discos. Una chorrada, sí, pero que me ha hecho gracia: en honor, pues, a las tiendas de discos, reseño la que ha sido mi última adquisición en una tienda-tienda (eso fue el pasado febrero): el single de Magnetix.

Conocí a Magnetix en 2005, en la fiesta que The Holy Cobra Society celebró en la Sala Siroco. Creo que ya he hablado en alguna ocasión del evento. Allí tocaron River City Tanlines (de Alicja Trout, la de los Lost Sounds), Black Lips (cuando todavía no les conocía ni Perry) y los Magnetix. Abrieron el concierto los excitantes gabachos. Enseguida me quedé prendado de ellos, de su electrizante energía, su salvajismo sonoro y su cruda revisión del rock 'n' roll.

lunes, 12 de abril de 2010

Atomizador, Rompe el dogma: una experiencia sonora indescriptible (y V)



¿Consideras los primeros discos de Devendra Banhart como una rara avis del folk, a los Moldy Peaches unos bizarros y a Lidia Lamunt una marciana? Pues este mini CD de Atomizador hará que los límites de lo que consideras folk se ensanchen unas cuantas millas. Vale, catalogar a Atomizador como folk es un tanto arriesgado, pero a mí me hace gracia describirlos así; es más una broma que una reflexión que haya que tomarse en serio. Así que no os mosqueéis, amantes de los sonidos de raíces norteamericanos.

domingo, 11 de abril de 2010

La tercera casete de Humor Vítreo: una experiencia sonora indescriptible (IV)



Humor Vítreo es un proyecto a medias de Jose y Ana. A estas alturas supongo que ya sabréis que Jose es el responsable de Afeite Al Perro. Ana pertenece al colectivo S.C.U.M. de Corazón Salvaxe.

Su punkderfonía de samples y zumbidos construye un sonido urbano y esquizofrénico; como si la ciudad te gritase al oído revelándote sus secretos durante una pesadilla etílica. ¿Nunca te has rendido al alcohol quedándote dormido en el primer tren de la mañana? Las imágenes que te asaltan en la duermevela se estiran chiclosas, se retuercen en caprichosos ángulos, se tornan volátiles y escapan a tu control; imposible evitar que el mal rollo te atrape.

sábado, 10 de abril de 2010

Biko, Es muy difícil llegar a imaginar que del humanure pueda surgir vida vegetal: una experiencia sonora indescriptible (III)



Biko está formado por Ibon y Jose. El primero, vasco, toca la alboka. El segundo, madrileño, la ocarina. Como lo oyen. Curiosamente, Ibon Koteron, tocayo del primero y protegido de Kepa Junkera, es uno de los grandes albokaris del país vasco en lo que se refiere a música tradicional. Por supuesto, el dúo no tiene nada que ver con la música tradicional.

En «Es muy difícil llegar a imaginar que del humanure pueda surgir vida vegetal» Biko tejen una atmósfera de pesadilla triposa a base de espirales creadas con alboka, ocarina y gemidos guturales. Asistimos a un qwwali apócrifo que nos conduce a un asfixiante trance, un estado catatónico del que no podemos escapar. Sólo cuando termina la letanía pagana («¿qué coño ha sido eso?», pensamos) volvemos al mundo real tras 15 minutos de obligado, inevitable viaje interior.

viernes, 9 de abril de 2010

Tzesne, Cubierto con tierra: una experiencia sonora indescriptible (II)



En Afeite Al Perro describen a Tzesne como «el emperador vasco del ruido dróniconírico y las grabaciones de campo de otro mundo».

Según pulsé el play, y con esa definición en mi cabeza, me transporté mentalmente a 24 Hour Party People, el biopic sobre Tony Wilson, Factory Records y el Madchester de los setenta y ochenta. Ya sabéis, Joy Division, Durruti Column, New Order, los Happy Mondays y el inicio de la cultura rave. En una escena, Tony Wilson (interpretado por Steeve Cugan) está buscando a Martin Hannet (interpretado por Andy Serkis, hoy conocido como Gollum) para que produzca el primer single de Joy Division. El encuentro se produce en medio de la nada. Bajo un silencio absoluto, Hannet parece estar intentando cazar algo con la grabadora que lleva encima:

Tony Wilson: ¡Martin! ¡¿Qué estás haciendo?!
Martin Hannet: ¡Grabar el silencio!
Tony Wilson: ¡¿Estás grabando el silencio?!
Martin Hannet: ¡No, ahora estoy grabando al puto Tony Wilson!

jueves, 8 de abril de 2010

Afeite Al Perro: una experiencia sonora indescriptible (I)


Esta mañana me he enfrentado a una de las experiencias sonoras más duras de mi vida.

Ha llegado un pedido (¡sólo han tardado dos días!) que hice el lunes a la discográfica Afeite Al Perro (conocí de su existencia gracias a Sudor), especializada en edición de ¿punk? experimental en cintas de casete, fundamentalmente.

Sí, casetes. Y en cuidadísimas ediciones con dibujos originales (como el que veis aquí arriba), cintas tuneadas y empaquetados realmente originales. Muchos sellos «profesionales» deberían tomar buena nota y seguir tan magnífico ejemplo.

Según iba avanzando la cinta magnetoscópica por el cabezal de la cadena, vino inmediatamente a mi cabeza la reflexión que Ignacio Julià hace en el editorial de marzo de Ruta 66.
¿Porqué vive el Rock su irreversible Día de la Marmota, preso de un ritmo y de una mecánica al parecer eterna? [...] ¿Sólo nos queda asistir a la práctica de viejos rituales ya gastados y liturgias anteriores al nacimiento de una elevado tanto por ciento del público actual? ¿Cuánto seremos capaces de aguantar que nos suelten otra vez el mismo riff anclado en ese blues que merece jubilarse? El rock era algo que "crea una energía que te impulsa hacia el futuro". No caigamos totalmente derrotados aún, algunas veces todavía lo consigue. Creo.

Bien, lector. Escucha los próximos posts, quizá te den una respuesta.

O quizá, simplemente, me han tomado el pelo y ahora os quiero hacer partícipes de mi engaño.

Decididlo vosotros mismos.

PD: la imagen es un dibujo original de José, responsable del sello.

domingo, 7 de febrero de 2010

El folk radikal vasco de Bizardunak



Bizardunak fueron, para mí, una de las más gratas sorpresas musicales del pasado 2009. Un grupo de borrachuzos navarros metiéndole mano al folclore y la rebel music irlandeses, moldeándolos a través de un imaginario político donde el independentismo navarro de tintes carlistas y el orgullo proletario marxista conviven con los bocatas de txistorra, el Darwinismo, el speed y las ganas de farra. Un cóctel explosivo etiquetado por sus perpetradores como «folk radikal vasco». Esclarecedor.

viernes, 5 de febrero de 2010

Entrevista con Bizardunak

Una de las cosas que mas me gustan de Mordor Sonoro es hacer entrevistas. Normalmente montamos un despliegue de medios que incluyen los micros, una mesa de mezclas, portátil, una cámara de vídeo y alguien haciendo fotos. Así que nos solemos presentar un mínimo de cuatro mendas para hacer la entrevista. Supongo que muchos grupos fliparán ante esto, pero en Mordor las cosas se hacen en familia.

Aquí teneis una muestra de lo que digo. En el estudio B de Radio Vallekas
conseguimos meter todo esto más cinco personas. Foto de Alk.

El lunes 28 nos tocó con Bizardunak, gupo de rebel music irlandesa afincado en Pamplona y que defienden en sus canciones su ideario de independentismo navarro, que no vasco. Llevábamos persiguiéndoles unas semanas, pero decidimos retrasar la entrevista para poder hacerla físicamente en vez de vía telefónica. Mucho mejor, más cercano. La entrevista fue muy bien, llegando a esos momentos en los que más que un interrogatorio parece una conversación.

Jose Mari nos trajo los dos CD que han editado, su primer trabajo, Bizardunak, y Euskal Herriko oreoak, un single que acaban de editar con tres canciones. En los próximos posts hablaremos de ellos.

martes, 2 de febrero de 2010

De copas con Los Coronas y The Hi-Risers



Ver a Los Coronas y Arizona Baby compartiendo escenario fue un deseo hecho realidad, algo que no tenía precio. Sí lo tenía, pero los 8 euros de entrada se me antojaban irrisorios, parecían casi simbólicos comparados con la emoción de ver en el escenario a dos de los mejores directos del año. El concierto fue, a pesar de que el sonido no fue el mejor del mundo, apoteósico. Arizona Baby demostraron que, lejos de ser un grupo de moda, lo suyo es talento y actitud. Nunca un grupo acústico sonó tan bien y roqueó tanto como los vallisoletanos. Y lo de Los Coronas es para echarles de comer aparte. Con su surf music Spanish style van ganando adeptos y dejando las bocas abiertas allá por donde pasa su contundente directo. Y como postre, los Arizonas subieron con Los Coronas para tocar juntos «Shakin’ all over».


«Shakin' all over», de Johnny Kidd & The Pirates. Interpretada por Los Coronas y Arizona Baby en Moby Dick, para mí fue uno de los momentazos musicales de 2009.

De ese concierto, aparte de imborrables recuerdos, me llevé un par de souvenirs. Uno el script de Los Coronas (¡el primero suyo que consigo!) y otro, el disco que comentaremos a continuación: Have a Cocktail with, el reciente split de Los Coronas y The Hi-Risers, con dos canciones por grupo en un precioso 10” blanco a 45 rpm y con portada abierta. Los 10 euros que pagué no fueron dinero.

domingo, 31 de enero de 2010

Emotional Rescue, por The Rolling Stones



Hace poco, viendo vídeos musicales en la tele, salió a colación una de esas listas de «lo mejor de». En esta ocasión se referían a los mejores guitarristas y apareció The Edge. Ante mi bufido de cabreo, mi pareja me comentó que puede que el guitarrista de U2 no sea un virtuoso, pero de lo que no hay duda es que ha acuñado un sonido propio y reconocible. No pude, claro, sino darle la razón.

Pero si hay un grupo que a lo largo de la historia, se ha hecho con un sonido propio, ese grupo son sin duda los Rolling Stones, Sus Satánicas Majestades, los gamberros de Londres que pusieron a sus pies a la juventud de medio mundo durante la mágica década de los sesenta. Pueden grabar lo que quieran y disfrazarlo de psicodelia, de dance, de reggae o de funk. Pueden jugar al despiste y explorar nuevos territorios, pero por mucho que lo intenten, una canción de los Rolling siempre suena a los Rolling.

jueves, 28 de enero de 2010

Mil Rencores



«¡Antes morir que arrodillarnos! ¡Antes morir que entregarnos! ¿Quieren acabar con nosotros? Pues a defenderlo con toda clase de armas. ¡Ya no hay paz! ¡No más palabras! ¡Que hablen los rencores!»
Juan García Oliver, ante el asesinato de Salvador Seguí, 1923.
Hablaba hoy Edu Chinaski sobre los discos que han sido el resultado de una tormentosa ruptura sentimental, apolrtando una (pequeña) lista de clásicos henchidos de sufrimiento y autocompasión. Lo mismo cantan Arizona Baby en la canción oculta de Second to None: «I traded our love for a book full of songs» («Cambié nuestro amor por un libro lleno de canciones»). No puedo estar más de acuerdo en que los sentimientos más fuertes e intensos, sean cuales fueren, son los motores de la creación artística.

Amor y odio. Como cantaban Negu Gorriak en «Radio Rahim», son las dos caras de la misma moneda. Y el rencor, el hijo de ambas, bien puede resultar un inspirador acicate para la composición. Muchas grandes obras son hijas del odio. Gure jarrera, de Negu Gorriak; Iluntasunari barre, de Kuraia; Anti-todo, de Eskorbuto; los primeros singles de Minor Threat...

No quiero pecar de presuntuoso y comparar semejante colección de obras maestras con la demo que acaba de poner en circulación Mil Rencores. Ni intento compararla con los discazos de los que, acertadamente, hablaba el amigo Chinaski en su blog. Tampoco intentaré decir que Mil Rencores son como los Nu-Niles o Lucky Dados, ni creo que, de momento, lo pretendan. Sólo pongo sobre la mesa que la demo de Mil Rencores es hija el rencor y el odio. Y, además, me ha gustado.

martes, 26 de enero de 2010

Imanol, Mea kulparik ez, la canción vasca y la corrección política



No es ningún secreto mi debilidad por la música que se hace en Euskadi y Navarra. Ya sea en euskera, castellano o inglés, no creo que haya motivos para rechazar una música hecha en un idioma que no entiendes. Me refiero al euskera, claro. Siempre me ha resultado curioso que la gente me pregunte extrañada el porqué escucho música en euskera pero no me lo pregunten si esta es en árabe, francés, alemán o islandés.

Pues sí, no creo que un idioma sea un impedimento a la hora de escuchar música. Además, me gusta la sonoridad del euskera. A la gente le suele parecer un idioma muy seco, duro y agresivo, pero a mí me parece una lenga con una musicalidad sorprendente. Como el árabe, que hablado fluidamente es una lengua muy melódica e hipnotizante.

Como decía arriba, me interesa mucho la música hecha en Euskadi, sea el estilo que sea. Dentro de la canción de autor (o folk, si queremos llamarlo así) no es Imanol uno de mis platos preferidos. Me parece que tiene una voz muy bonita y que la emplea bastante bien, pero su música me parece aburrida, incluso un tanto pretenciosa e intelectualizada. Prefiero otros cantautores como Anari, Jabier Muguruza, Ruper Ordorika y, por supuesto, Mikel Laboa, auténtico gigante y patriarca indiscutible de la canción vasca.

domingo, 24 de enero de 2010

Eli "Paperboy" Reed: Roll with You



Por si no os la había dicho nunca: Roll with You de Eli “Paperboy” Reed es un discazo. De principio a fin. Es uno de esos álbumes sin mácula, donde cada canción tiene el potencial de ser un single. Un disco rabioso, lleno de una contagiosa energía y en el que Eli se entrega en cada interpretación, dejándose la piel, el corazón y la garganta. Fue uno de mis discos favoritos de todo 2008. Sin duda.

Pero no ha sido hasta este diciembre que por fin lo he tenido original. Las ediciones en vinilo siempre las he encontrado a precios abusivos (en torno a 30 euros) y la edición en CD me parecía cara para lo que ofrecía: ni libreto ni información interesante. Así que, simplemente, esperaba. Y el año pasado cayó como regalo de cumpleaños.

Desde que Roll with You apareció en mi vida lo he estado escuchando intermitentemente desde entonces, tras un verano, allá por 2008, de escucha compulsiva. Y teniendo en cuenta las muchas novedades que escucho a lo largo del mes, creedme, eso es todo un logro. Solamente los discos que, como éste, calan hondo permanecen en mente y siguen deslumbrándome audición tras audición.

jueves, 7 de enero de 2010

From Elvis in Memphis: cuando Elvis volvió a reinar



El pasado sábado 19, camino de la gran comida familiar de Navidad, pasé por un quiosco por el que me cruzo muchas veces a lo largo de la semana. A diferencia del resto de los días, algo hizo que me parase en seco. Mi vista estaba fijada en una de esas colecciones con las que nos bombardean pasado el verano y en año nuevo. La gran tipografía en la que se leía «Elvis» fue la culpable. Me acerqué y lo examiné. Un CD-libro que contenía From Elvis in Memphis.

Ese era un disco que había tenido muchas en mis manos y nunca había comprado. Así que, lo que parecía una cuidada edición y el precio (oferta de lanzamiento: 4,95 euros) me hicieron decidirme.

Un dato curioso es que entre 1956 y 1969, Elvis había publicado nada menos que 29 discos (según aparece en Allmusic), la mayor parte de ellos bastante prescindibles. Pero este álbum en concreto supuso la vuelta de Elvis por la puerta grande, su reconciliación con la crítica y los fans que le habían abandonado cuando arrojó su carrera por la borda al entregarse a las mafias de Hollywood.

A finales de la década de los 60, Elvis estaba más que olvidado por la gente joven. La contracultura dominaba la época y Elvis era visto como un personaje sin ninguna credibilidad. Él era el espejo sobre el que se reflejaba la sociedad conservadora de la época, aquella sociedad contra la que la contracultura arrojó encendidas acusaciones cimentadas en un discurso revolucionario, a la vez que centenares de adoquines volaron de sus manos en el afán por encontrar la playa bajo el asfalto de la ciudad.

miércoles, 6 de enero de 2010

Las fiestas, los retrasos y las nuevas adquisiciones

Hace ya más de un mes que publiqué la última entrada. Algunos me han preguntado si es que no me he comprado más discos en todo el mes, pero simple y llanamente se trata de una mezcla de pereza, escasez de ideas y otros menesteres que me han tenido ocupado.

Así que perdón a toda la gente que me sigue por esta tardanza injustificable.

Y es que no han sido pocas las novedades del mes, aunque básicamente se han agolpado todas en un par de semanas. Algunas las he comprado (From Elvis in Memphis, del Rey; el split de Los Coronas y The Hi-Risers), otras han sido regalos (el maravilloso Roll with You de Eli "Paperboy" Reed; de Bizardunak, Euskal Herriko oreoak y su primer disco homónimo y el split de Potato y Tijuana in Blue) y las dos últimas, resultado del azar (Mea kulparik ez de Imanol; Recent Songs, de Leonard Cohen).

En el mundo de Mordor es ya tradición realizar una fiesta en la que nos intercambiamos música. Cada uno graba un CD y luego se sortean. Pero además, desde hace un par de años ha aparecido una nueva tradición: el sorteo de vinilos antiguos. Hay quienes consiguen vinilos viejos y los sorteamos entre todos. Como podéis ver, el sorteo no ha ido nada mal este año. Aunque en vez de Imanol, hubiese preferido uno de Peter Murphy que había por ahí, así es la suerte. Y podría haber sido peor; bien puede tocarte un vinilo de Enya, Dire Straits o Teresa Rabal.

En breve comenzar a comentar las nuevas adquisiciones. Mientras tanto... ¡feliz 2010 a todos!

PD (actualización del 7/01/2009): sólo añadir tres álbumes más a la lista. Uno de ellos se me olvidó (Emotional Rescue de sus Satánicas Majestades) y dos son regalos que me dieron ayer mismo: Gipsy Rock de Las Grecas y Salda badago de Hertzainak.
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