viernes, 9 de abril de 2010

Tzesne, Cubierto con tierra: una experiencia sonora indescriptible (II)



En Afeite Al Perro describen a Tzesne como «el emperador vasco del ruido dróniconírico y las grabaciones de campo de otro mundo».

Según pulsé el play, y con esa definición en mi cabeza, me transporté mentalmente a 24 Hour Party People, el biopic sobre Tony Wilson, Factory Records y el Madchester de los setenta y ochenta. Ya sabéis, Joy Division, Durruti Column, New Order, los Happy Mondays y el inicio de la cultura rave. En una escena, Tony Wilson (interpretado por Steeve Cugan) está buscando a Martin Hannet (interpretado por Andy Serkis, hoy conocido como Gollum) para que produzca el primer single de Joy Division. El encuentro se produce en medio de la nada. Bajo un silencio absoluto, Hannet parece estar intentando cazar algo con la grabadora que lleva encima:

Tony Wilson: ¡Martin! ¡¿Qué estás haciendo?!
Martin Hannet: ¡Grabar el silencio!
Tony Wilson: ¡¿Estás grabando el silencio?!
Martin Hannet: ¡No, ahora estoy grabando al puto Tony Wilson!

Esto es Tzesne. Los primeros minutos de Cubierto con tierra. ¿Habéis llegado al final?

Aunque estemos tentados de llamar a esto música electrónica, las cacofonías de Tzesne desprenden un gusto analógico, artesano. No parecen sonidos que surgen de una máquina, parecen ruidos recolectados de experiencias cotidianas; loops de motor de nevera, trenes que traquetean sin destino aparente, chisporroteos de electricidad estática, la aguja rayando el final de un viejo disco de vinilo, interferencias de radio, aeroplanos que nos sobrevuelan, el viento que bate y golpea el micrófono. Parece que lo que escuchamos es producto de la curiosidad de quien documenta, graba y almacena cada sonido que sus oídos puedan captar, como si de un Jean-Baptiste Grenoullie del ruido se tratase.

Ruido, ¡ah, esa es la palabra! Así que me permitiréis, fans de Sonic Youth y Dinosaur Jr., que etiquete la música de Tzesne como noise, cuya traducción literal es ruido, pues Cubierto con tierra no es ni más ni menos que eso: un collage de ruidos.

Escuchar los 74 minutos que dura la cinta es, os lo aseguro, toda una experiencia. Que esta sea buena o mala no puedo decíroslo, eso ya depende de cada uno. Es, a nivel musical, lo más parecido que hay a ver de una tacada Empire, de Andy Warhol. La película es un plano fijo de 485 minutos, sin sonido y en blanco y negro, del Empire State. Toda una prueba de paciencia.


Tzesne, Cubierto con tierra
**** Discográfica: Afeite Al Perro
**** Formato: casete
**** Año: 2009

Esta es mi casete número 5

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