Ayer acudí a la primera (¿?) Feria del Disco de Madrid. No sé a qué viene lo de «primera»: hace años era habitual que por estas fechas hubiese una feria del disco de segunda mano. Solía localizarse en el Paseo de Recoletos y, desde hace un par de años, en la Plaza de los cines Luna. Este año la han trasladado al Pabellón de Congresos y su duración se ha reducido de una semana a dos días. Para colmo, tocaba pagar entrada. 3 euros no es mucho, pero menos era gratis.
Desde hace unos años mi chip de comprador ha cambiado. Antes iba buscando rarezas y vinilos fetiche, pagando por ellos lo que me pidiesen. Todo dentro de un límite razonable, claro. Vinilo de Sex Museum, 20 pavos; single de Cerebros Exprimidos, 10 euros. Kortatu, 12 euros. Bien, los pagaba. Hasta que descubrí un puesto de un tipo (no sé si era alemán danés u holandés: pongamos que europeo norteño) con cajas y cajas de material al módico precio de 3 discos a 10 euros. Como las cubetas de ofertas en las que aquí encuentras discos de Massiel o Manolo Escobar, con la diferencia de que podías hacerte con discos de Neil Young, Bob Dylan, Crosby, Stills & Nash, The Band, Mink DeVille o Stevie Wonder. Y en un estado de conservación aceptable. Una maravilla, vamos. Desde que lo descubrí, digo, cambió el chip: ¿pagar veinte euros por un LP cuando por lo mismo me llevo seis u ocho?
Pagué la entrada confiando que, entre puestos habituales, estaría el del holandés errante. Chasco. Ni rastro del tipo. Cabreo, que se iba acentuando al ver los precios de los discos. Las cosas que me interesaban, en el entorno de 20 euros. Incluso las reediciones por las nubes. De coña. Y muchas tiendas de Madrid con los precios más caros de lo habitual. Ya les vale. Menos mal que, rebuscando, encontré un par de puestos (de una tienda mallorquina y otra alemana) con unas cubetas de ofertas (entre tres y seis euros) bastante aceptables. Uno de ellos, gracias a mi pareja, que me acompañó sufridamente. Rebuscando encontré/encontramos lo siguiente:
- American Music Club: California;
- Buck Owens: 16 Big Hits;
- The Doors: LA Woman;
- Emmylou Harris: Elite Hotel;
- The Gun Club: The Las Vegas Story;
- Hoodoo Gurus: Blow Your Cool;
- The Housemartins: London 0 Hull 4;
- Leonard Cohen: Songs of Leonard Cohen;
- Lou Reed: Rock n Roll Animal;
- Mink DeVille: Each Word's a Beat of my Heart;
- Stooges: Raw Mixes Vol. 2.
Y más cosas que dejé porque me iba de presupuesto. Total: 44 pavos; una media de cuatro euros por disco. No está nada mal.
Y como capricho, compré Willy DeVille. El hombre a quien Rosita robó el televisor, biografía del amigo Willy (que en paz descanse) escrita por Carlos Zanón. Tenía muchas ganas de echarle el guante a este libro.
Buen botín, ¿no?
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ResponderEliminarVaya, veo que el holandés habituald e la Fira de Barcelona ha llegado a Madrid, je,je...Felicidades.....Yo tb cambié mi forma de actuar por su culpa.....
ResponderEliminarPues no, José. Fueron seis míseros euros por una edición impecable, vinilo y carpeta. De Lou Reed ya te contaré. Es un disco que yo no he escuchado, no soy seguidor de Reed. Aunque sí que tengo cosas suyas concentro mi atención en Velvet Underground.
ResponderEliminarEdu, como prometí ya tengo lo nuevo de los Chinaskis. Hablaré del mismo en breve, pero adelanto que me ha encantado. Felicidades por el trabajo.
¡Salud a los dos!