Como dice Marshall Paul en las notas interiores de St. Louis to Liverpol, el título de este trabajo resume en cuatro palabras la vida y obra de Chuck Berry.
Pongamos esas palabras en contexto. En 1964, tras salir de la cárcel donde cumplió condena de dos años por tráfico de menores y proxenetismo, Chuck Berry era una antigua estrella caída en desgracia. Parte de su brillo se mantenía, no obstante, debido que los Beatles, los Rolling Stones y los nuevos y excitantes grupos británicos que habían conquistado América lo mentaban día sí, día no, como una influencia fundamental para ellos, llegando a grabar varias versiones de sus éxitos. Liverpool era entonces el centro musical del mundo, y en Liverpool amaban a Chuck Berry.
Además, a principios de los 60 la música surf era la nueva moda, recién salida de su entorno underground. Todo artista de rock and roll que se preciase grabó un disco de surf los primeros años de la década. Los Beach Boys, uno de los grupos de surf mainstream más representativos, grabaron en 1963 «Surfin' U.S.A.», una apropiación en toda regla de «Sweet Little Sixteen» en el que obviaron a Berry de los créditos. Sirvió, no obstante, para mantenerle en la memoria colectiva.
«Sweet Little Sixteen», de Chuck Berry (arriba) y «Surfin' U.S.A.» de los Beach Boys (abajo).
En 1964, entre grabación y grabación, Chuck Berry desembarcó en Inglaterra y fue recibido por la juventud británica como un héroe. La gira fue todo un éxito y Berry regresó a Chicago para terminar de grabar St Louis to Liverpool, el disco que le colocó de nuevo en el mapa y demostró que, más que una estrella pasada de moda, el era el rock and roll.
El disco lo abren tres temazos de puro r'n'r: «Little Marie», «Our Little Rendezvous» y «No Particular Place to Go», este último alcanzó los puestos 2 y 3 de las listas estadounidense y británica, respectivamente. A estos tres temas le sigue «You Two», en los que Berry nos trae ritmos de jazz, para, junto a un fuego acogedor, asar salchichas, bollitos y culitos:
«You Two», el alma jazzy de Chuck Berry.
Tras «Promise Land» otro r'n'r marca de la casa, aparece «You Never Can Tell», inmortalizado por Quentin Tarantino en la famosa secuencia del concurso de baile de Pulp Fiction:
«You Never Can Tell». ¿Alguien puede escucharla sin visionar a Uma Thurman y John Travolta meneando el esqueleto?
En la cara B, Berry ataca varios blues, «Things I used to do», el instrumental «Night beat» y «Merry Christmas baby», emparedados, junto al instrumental «Liverpool drive», por los dos rocanroles «Go Bobby Soxer» y «Brenda Lee». El primero es una magnífica composición con la típica abertura de Berry en el que, sobre las capas de piano, saxo, contrabajo y guitarras destaca la estupenda batería, marcando el ritmo y con unos redobles impresionantes en el estribillo:
«Go Bobby Soxer», con la tremenda batería de Odie Payne.
En «Merry Christmas Baby» (blues compuesto por Lou Baxter y el Drifter Johnny Moore), una estupenda guitarra clava el «riff de navidad», soportada por fraseos de piano (el verdadero protagonista) y la arrastrada voz de Berry:
«Merry Christmas Blues». Así como todos los hippies saben tocar la guitarra, todos los negros saben tocar blues.
Para grabar semejante discazo, Berry contó con varios músicos, entre los que se encontraban nada más y nada menos que Willy Dixon (bajo), el habitual Johnnie Johnson y Lafayette Leake (pianos), Fred Below y Odye Paine (baterías); gente que ha grabado con músicos del calibre de Desmond Dekker, Muddy Waters, Jimmy Rogers, Bo Diddley o Howlin' Wolf.
Chuck Berry, St. Louis to Liverpool**** Discográfica: Chess Records
**** Referencia: GCH 8007
**** Formato: LP
**** Año: 1964 (esta es una edición italiana de 1984)
Este es mi LP número 196
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